lunes, 28 de enero de 2013

MECANISMOS DE COHESIÓN TEXTUAL



MECANISMOS DE COHESIÓN TEXTUAL

         Definición: Son los recursos lingüísticos que permiten la conexión entre las partes en que se organiza un texto (entre oraciones, párrafos, apartados, capítulos, etc.) y expresan el mundo significativo que nos quiere transmitir el autor del texto.
         La reiteración de un elemento lingüístico a lo largo del discurso dota de unidad al texto. Si un texto trata de cierto asunto es lógico que a lo largo del mismo se reiteren referencias a él. Por lo tanto, comprobar qué términos y qué conceptos aparecen de forma recurrente ayuda a determinar el TEMA CENTRAL DEL TEXTO. Y al contrario, una vez determinado el tema, es fácil identificar los elementos que dan cohesión al texto.
         Los mecanismos de cohesión más frecuentes son: la recurrencia, la sustitución, la elipsis y los marcadores discursivos.

         1.- LA RECURRENCIA: Es la repetición de un elemento lingüístico a lo largo del discurso. Puede ser fónica, sintáctica, léxica, semántica.
                     1.1. Recurrencia fónica: Reiteración de determinadas entonaciones que condicionan las modalidades oracionales (enunciativa, exhortativa, interrogativa…), y los signos de puntuación que reflejan en los textos escritos las marcas de entonación. Ej. Los rasgos fónicos que aparecerán en un texto que represente una conversación, o en un texto argumentativo que pretenda expresar un pensamiento por medio de interrogaciones retóricas. En los textos literarios, sobre todo en los poéticos, los recursos rítmicos constituyen también procedimientos de cohesión (rima, distribución de acentos, pausas, número de sílabas de un verso.)
                     1.2.- Recurrencia sintáctica: Es la reiteración de esquemas sintácticos, sintagmas y oraciones con el mismo orden (paralelismo) o a través de estructuras oracionales globales: predominio de oraciones simples o compuestas, atributivas o predicativas, coordinadas o subordinadas, etc.
                     1.3.- Recurrencia léxica[1]: Repetición de palabras en un mismo texto para reforzar las ideas clave: Había un hombre sospechoso en la puerta. El hombre llevaba gabardina, y un sombrero calado hasta los ojos. En ocasiones no es la misma palabra la que se repite, sino que aparece alguna otra relacionada léxicamente con ella. Por ejemplo una palabra derivada o compuesta o parasintética que tiene el mismo lexema que la precedente. Ej. No seas nunca violento. La violencia no lleva a ninguna parte. De la cantera, los bloques de piedra salen sin desbastar. Son los picapedreros quienes los labran.
                     1.4.- Recurrencia semántica: Aparecen reiteradamente términos que están relacionados por su significado. Esta relación puede ser de distintos tipos:
         1.4.1.-  Sinonímica: Evita la repetición excesiva de un término. Ej. Había algunas estatuas en el jardín. Eran esculturas modernas.
         1.4.2.- Antonímica: Confiere al texto un desarrollo a través de términos opuestos. Su padre tenía una casa grande. El prefería una pequeña.
         1.4.3.- Mediante hiperónimos: A veces para referirse a algo que ya ha aparecido antes, se evita utilizar la misma palabra. Se recurre entonces a otra cuyo significado incluye el de la sustituida. Ej. Llevaba unas rosas en la mano. Dejó las flores en un jarrón y se acercó.
         1.4.4.- Mediante hipónimos: La palabra que funciona como sustituto tiene una amplitud semántica menor que la sustituida, es decir, su significado está incluido en el de la primera. Ej. Este calzado me aprieta. Voy a tener que cambiar de zapatos.
         1.4.5.- La paráfrasis: Se utiliza para explicar un enunciado anterior. (Su abuso elimina la cohesión y resulta incorrecto.) Ej. La literatura del siglo XX experimenta numerosas innovaciones: triunfará el irracionalismo sobre el racionalismo precedente.
         1.4.6.- Asociaciones pragmáticas: Son repeticiones de términos que comparten un mismo campo semántico. Por ejemplo, la aparición en una secuencia de texto de una serie de palabras como la siguiente, contribuirá a darle cohesión y permitirá percibir cuál es el asunto del que trata: Un coche… su conductor… aparcamiento… tráfico intenso…

         2.- LA SUSTITUCIÓN: Para evitar la reiteración excesiva de una determinada unidad léxica cuando se ha de hacer referencia a objetos o ideas que ya han aparecido antes, se recurre al empleo de PROFORMAS (palabras de significado ocasional o de significado léxico muy general, especializadas en sustituir a otros términos en el discurso.) que contribuyen a la cohesión textual.
         Las sustituciones pueden desarrollar funciones anafóricas o catafóricas.[2] Existen tres formas de sustitución:
                     2.1.- Léxicas (o proformas léxicas): Son palabras de significado muy amplio que se usan como comodines; los verbos hacer, pasar, suceder… o los sustantivos cosa, persona… Yo estudié durante toda la tarde pero ella no lo hizo. Tiene dolor de muelas. Es una cosa muy desagradable. (El abuso de preformas léxicas denota pobreza léxica.)
                     2.2.- Pronominales (los pronombres) que como sabemos, son sustitutos de sustantivos o segmentos de oración. Establecen relaciones anafóricas y catafóricas. Ejs. Ayer hablé con mi abuela. La encontré animosa, lo cual es muy extraño: Sustituciones pronominales anafóricas. Eso es lo que vale: que tengas voluntad de cambiar: Sustitución pronominal catafórica.
                     2.3- Adverbiales (o pro-adverbios): Son adverbios de significado ocasional que sustituyen en el enunciado en el que se encuentran a elementos con función adverbial que han aparecido en enunciados anteriores. Ejs. Fuimos a casa. Una vez allí se nos ocurrió escuchar música. Dieron las tres, entonces se marchó. Los adverbios desempeñan principalmente una función deíctica, pero no sólo ellos la cumplen[3], ni es exclusiva. Es decir, un adverbio puede desempeñar la función de complemento circunstancial (Aquí se está muy bien) pero también la deixis sirve para sustituir, anafórica y catafóricamente, a elementos en función de complemento circunstancial: Entra en el coche; aquí sentirás menos frío.
        
         3.- LA ELIPSIS: En determinados contextos, se puede omitir algún elemento léxico de una oración por haber aparecido previamente en el discurso. El contexto permite al oyente o lector comprender a qué o quién se refiere el elemento ausente. Al tener que recurrir al contexto próximo, la elisión es también un mecanismo lingüístico que permite relacionar unos enunciados con otros. Según la categoría gramatical de los elementos elididos se habla de elipsis verbal (Las elecciones autonómicas se celebran este año; las generales, * el año que viene.) elipsis nominal (Juan y María se casaron enseguida. Un mes antes * todavía  no se conocían.)  y elipsis nominal y verbal (¿A quién ha tocado la lotería? - * * A Luis.)

         4.- EL ORDEN DE LOS CONSTITUYENTES ORACIONALES: El orden de palabras de la oración contribuye también a la cohesión del texto. Ya hemos estudiado en la coherencia textual la necesidad de que haya una progresión temática en el texto. Lo habitual es que en los enunciados la información conocida (tópico) preceda en la oración a la información nueva (rema o comentario), independientemente de la función sintáctica que realicen las unidades que transmitan esas informaciones. No obstante, en muchas ocasiones se altera el orden habitual de sujeto+predicado (algo recomendable para lograr textos de registro culto.) El hecho de alterar el orden habitual de sujeto-predicado anteponiendo el complemento, contribuye a cohesionar el texto. En el enunciado: Ayer se hundió un barco diez millas al norte de La Coruña. En el salvamento de la tripulación participaron varios barcos pesqueros y un buque de la Armada, la cohesión textual se consigue, entre otras cosas, gracias a que el orden en el segundo enunciado sea Complemento+V+Sujeto, porque es el Complemento (circunstancial en este caso) el que constituye el tópico (información conocida), es lo que conecta con la idea expresada en el anterior.

         5.- MARCADORES DISCURSIVOS: Son elementos lingüísticos que permiten establecer relaciones de las ideas con el contexto y con la situación comunicativa. Dentro de la estructura oracional, hemos analizado algunos de ellos como COMPLEMENTOS ORACIONALES (Sí, no, quizás, tal vez…) puesto que matizan, precisan o comentan la unidad formada por el sujeto y el predicado. Ese significado que expresan es el que nos interesa, pues supone una relación con otras oraciones y enunciados, y contribuye, por tanto, a la cohesión textual.
         Según su función dentro del texto, se pueden distinguir dos tipos:

                     5.1.- Marcadores de función pragmática: Constituyen referencias a los elementos del discurso.
Vocativos: Se refieren al destinatario (Juan, no te quedes ahí).. Apelaciones o llamadas de atención (¿Vienes? Pues mira, ahora no puedo). Ciertos elementos de función fática que sirven para abrir o mantener la comunicación (Bueno, a mí me gustaría un helado, ¿no?). Los comentarios oracionales son, sobre todo, adverbios y sintagmas preposicionales mediante los que el hablante informa de su actitud ante la idea enunciada (Por fortuna, no pasó nada grave) y también en la enunciación misma (Sinceramente, no sé qué es lo que pretende). Las interjecciones, marcas de la función expresiva, ponen de manifiesto la emotividad del hablante.              
                     5.2.- Marcadores de relaciones textuales o conectores supraoracionales[4]: Igual que los nexos (o conectores) coordinantes y subordinantes relacionan sintagmas y oraciones dentro de un enunciado. Son aquellas palabras, partículas o locuciones que sirven para INDICAR LAS RELACIONES LÓGICAS entre los diversos enunciados. Forman un conjunto muy heterogéneo, tanto en lo que respecta a la categoría gramatical a la que pertenecen (adverbios, locuciones adverbiales, conjunciones, locuciones conjuntivas, preposiciones, locuciones prepositivas, etc.) como por la variedad de significados que pueden aportar al discurso.
         Su función conectora varía según las relaciones significativas que se establecen entre las partes conectadas. Por este motivo, algunas formas desempeñan  más de una función textual. Los conectores supraoracionales que aparecen con mayor frecuencia son los siguientes:

ADICIÓN: Suma unas ideas a otras: Y, ADEMÁS, TAMBIÉN…
         Intensificación: El elemento sumado es más significativo que el anterior: ES MÁS, MÁS AÚN, ENCIMA, POR LO DEMÁS, TODAVÍA MÁS, APARTE…
         Culminación: El último elemento sumado lleva al máximo la línea de lo afirmado por el primero: INCLUSO, PARA COLMO, HASTA, NI SIQUIERA…
         Comparación: Establece semejanzas entre aspectos o ideas: ANALÓGICAMENTE, IGUALMENTE, DE IGUAL MODO, DEL MISMO MODO…

OPOSICIÓN: Introduce relaciones de contraste o contradicción entre los enunciados.
         Adversación: Se afirman los dos enunciados de significado opuesto: SIN EMBARGO, NO OBSTANTE, AHORA BIEN…
         Concesividad: El segundo enunciado se cumple a pesar de que el primero es un obstáculo para su realización: CON TODO, AUN ASÍ, DE TODAS FORMAS…
         Restricción: Se limita el alcance de lo comunicado en un enunciad anterior: AL MENOS, EN CIERTA MEDIDA, SI ACASO, EN TODO CASO, SALVO QUE, EXCEPTO…
         Exclusión: El segundo miembro de la oposición niega al primero: ANTES AL CONTRARIO, ANTES BIEN, MÁS BIEN, MUY AL CONTRARIO…

CAUSALIDAD: Conecta los enunciados estableciendo relaciones de causa y efecto.
         Causa: El segundo enunciado expresa la causa o razón del primero: PUES, PORQUE, Y ES QUE (usados al comienzo de un enunciado, más utilizados en el registro coloquial.)
         Consecuencia: El segundo enunciado indica la consecuencia o el efecto del primero: POR TANTO, POR CONSIGUIENTE, EN CONSECUENCIA, ENTONCES, ASÍ PUE…
         Condición: El segundo enunciado precisa el resultado del cumplimiento de una condición, es decir, de una causa hipotética: EN TAL CASO, EN ESE CASO, PUESTAS ASÍ LAS COSAS…

REFORMULACIÓN: Se enuncia nuevamente el contenido de uno o varios enunciados anteriores.
         Explicación. El contenido del segundo enunciado tiene un alcance similar al del primero, del cual se diferencia sólo por la forma de enunciarlo: ES DECIR, O SEA, EN OTRAS PALABRAS…
         Corrección: El contenido del segundo enunciado corrige en todo o en parte un primer enunciado que el hablante no considera adecuado: MEJOR DICHO, DIGO, QUIERO DECIR, O SEA…
         Resumen: Se condensa en un enunciado información concreta procedente de uno o varios enunciados anteriores: EN RESUMEN, RESUMIENDO, EN SUMA, EN UNA PALABRA, EN SÍNTESIS, TOTAL, EN DEFINITIVA…
         Ejemplificación: El enunciado presenta uno o varios casos concretos relacionados con una idea general previamente presentada: POR EJEMPLO, ASÍ, PONGAMOS POR CASO, TAL COMO, A SABER, VERBIGRACIA, CONCRETAMENTE…

ORDEN DEL DISCURSO: Marcan partes distintas en las que se organiza la información del texto.
         Presentación: Señalan el comienzo del texto o de una parte definida del mismo: PARA EMPEZAR, ANTE TODO, BUENO, BIEN…
         Continuación: Van añadiendo nuevos enunciados al discurso sin que se establezcan relaciones definidas entre unas ideas y otras. LUEGO, DESPUÉS, ASÍ QUE, PUES BIEN… Pueden utilizarse los que indican adición.
         Transición: Sirven para señalar un cambio de tema. EN OTRO ORDEN DE COSAS, POR OTRA PARTE…
         Digresión: Marcan también un cambio de tema, pero en este caso no justificado o muy alejado del anterior. POR CIERTO, A PROPÓSITO…
         Enumeración: Introducen los enunciados de una secuencia correlativa. EN PRIMER LUGAR…, EN SENGUNDO LUGAR…, POR ÚLTIMO; POR UN LADO…, POR OTRO LADO; PRIMERO… SEGUNDO…
         Cierre: Marcan el último enunciado de un texto o de una parte de texto. EN FIN, PARA FINALIZAR, PARA ACABAR… Pueden utilizarse también otros con valores de consecuencia, resumen, etc.

        
        


[1] También se pueden considerar como sustitución.
[2] Anáfora: Referencia entre un elemento del texto y otro aparecido antes. Ej. Luis y María estudiaron mucho. Ella aprobó, pero él  suspendió.
Catáfora: Referencia entre un elemento del texto y otro aparecido después. Ej. Le di el libro que Juan me pidió.
[3] La función deíctica la cumplen también elementos que indican referencias personales (yo, tú, este, aquel…)
[4] Reciben múltiples denominaciones, además de las citadas: Nexos supraoracionales. Enlaces extraoracionales. Partículas discursivas. Marcadores textuales. Ordenadores del discurso. Por razones prácticas se recomienda utilizar la acepción: conectores supraoracionales, no obstante, cualesquiera de las citadas son válidas.

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