miércoles, 28 de noviembre de 2012

TEMAS DE LAS RIMAS



TEMAS DE LAS RIMAS


            En la poesía de Bécquer pueden establecerse cuatro grandes bloques temáticos:

  • Rimas sobre la creación poética.
  • Rimas sobre el amor.
  • Rimas sobre el desengaño amoroso.
  • Rimas sobre la angustia de la existencia.
 
1- Rimas sobre la creación poética

La creación poética. Es un tema que domina las primeras rimas y que tiene varias ramificaciones o subtemas.

1.1  La creación poética como lucha. En Bécquer se superponen dos visiones diferentes sobre la creación poética. Por una parte, la poesía es una necesidad y un don casi divino que surge de una capacidad extraordinaria para percibir el mundo. Por otra parte, la creación poética es una lucha entre las ideas y sentimientos por un lado, y la forma de expresión por otro. Es una lucha difícil, perdida de antemano, que el poeta solo cree vencer cuando se dan las condiciones de inspiración necesarias. Puede resultar ilustrativa en este sentido la lectura de las rimas I y III.

1.2  Existencia de la poesía independientemente de la existencia de los poetas. “Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía”. Para Bécquer los motivos poéticos están en la naturaleza, en la vida, esperando que un poeta inspirado los haga revivir del mismo modo que el arpa espera con sus notas dormidas a alguien que sepa arrancárselas. (Ver Rima VII)

1.3  El sentimiento como causa y efecto de la poesía. Efectivamente, para Bécquer el amor es causa y efecto de la poesía. Así se expresa en la rima XXI que recojo a continuación:

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila azul...
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
¡Poesía eres tú!
En la misma línea, se expresa el autor en Cartas literarias a una mujer al afirmar ”La poesía eres tú, te he dicho, porque la poesía es sentimiento y el sentimiento es la mujer”.

2- Rimas sobre el amor

2.1 Anhelo de fusión total con la amada. El amor del que se habla en las rimas no es un amor sensual,  sino un amor ideal que busca la fusión total de dos almas. Desafortunadamente, sólo en algunos momentos muy concretos se consigue la unión tan anhelada.  Estos momentos son tan fugaces e intangibles que frecuentemente el poeta alude a ellos como aliento, suspiro, beso o especialmente la mirada.

                        Hoy la tierra y los cielos me sonríen.
                        Hoy llega al fondo de mi alma el sol,
                        Hoy la he visto…, la he visto y me ha mirado…
                                   ¡hoy creo en Dios!

2.2 Amor y naturaleza. Frecuentemente, el poeta proyecta sus sentimientos sobre la naturaleza. La armonía y el gozo interior se corresponden a una representación de la naturaleza igualmente en armonía (ver rimas VIII, IX y X). Pero del mismo modo, cuando sólo le quedan los recuerdos del amor perdido, la naturaleza es un espejo doloroso en el que el poeta ve reflejados momentos vividos que ya nunca volverán (ver rima LIII, Volverán las oscuras golondrinas…)


3- Rimas sobre el desengaño amoroso

En las rimas mencionadas hasta ahora Bécquer nos ha mostrado un amor esperanzado o gozoso. Sin embargo, a partir de la rima XXX se comienza a mostrar una separación o una falta de comunicación entre los enamorados que, a partir de la rima XLI (¡no pudo ser!) se revela como un enfrentamiento radical que el peta muestra en dos fases:

3.1 El dolor por la traición. El poeta se siente profundamente dolido porque ha sido engañado y abandonado por otro. Surgen de aquí no solo dolor y desesperanza, sino también un gran resentimiento que se muestra a menudo en forma de sarcasmo o ironía. En las coplas XXXIX, XLV, XLVII y LXXVII el poeta critica claramente a su amada calificándola como dura, fría y despiadada.

3.2 El dolor del recuerdo. En una fase posterior y superado el momento de dolor más intenso, el poeta encuentra en el recuerdo del amor perdido cierto consuelo, pues espera que su amada sufra al menos tanto como él. Testimonio  de esta esperanza es la rima LIII:

                        como yo te he querido... desengáñate,
                        ¡así... no te querrán!



4- Rimas sobre la angustia de la existencia

            Después de la ruptura, acosado por el dolor, Bécquer no encuentra motivos para seguir viviendo. Nada tiene sentido y se encuentra condenado a la monotonía y al tedio, aunque a veces las lágrimas le recuerdan que sigue vivo. Asociados a este tema existencial está los siguientes motivos:

4.1 La oscuridad. La oscuridad se adueña de su alma y el poeta comienza a vivir en un mundo a mitad de camino entre el sueño y la vigilia. Los fantasmas, la oscuridad, la noche y las iglesias desiertas (todos ellos motivos muy románticos) pueblan el ambiente tétrico de estas rimas.

4.2 La soledad y el olvido. El dolor de la soled se vuelve insoportable y el poeta les pide a las olas, al huracán, a las nubes que le leven consigo para no sentir más. De hecho en las rimas LXI, LXV, LXVI y LXXIII el miedo a la soledad se acentúa más todavía y el poeta se imagina muerto, solo sin que nadie le recuerde ni le llore, muerto en el más desolador de los olvidos.
 Finalmente, el poeta, cansado de luchar, sólo encuentra paz y consuelo en la muerte. Incluso llega a sugerir que es su única esperanza de comunicarse aún con su amada. Aparentemente esto contradice lo expuesto en el apartado 4.2, pero en realidad no es más que la culminación de un proceso de resignación lento y doloroso.

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