miércoles, 28 de noviembre de 2012

ESTILO DE LAS RIMAS



ESTILO DE LAS RIMAS

Bécquer y Rosalía de Castro escriben poesía romántica cuando ya todos los autores se inscribían en el movimiento realista. Por eso suele decirse que pertenecen a un romanticismo tardío o posromanticismo. Esta tendencia parte de las mismas características de los poemas románticos, pero tiene, además, características que la diferencian, especialmente la sobriedad y el intimismo de las composiciones. El mismo Bécquer explicaba estas diferencias y su concepto de poesía, pues frente a una poesía ”magnífica  y sonora”, Bécquer se sentía más cercano a una poesía
 natural, breve seca que brota del alma como una chispa eléctrica, que hiere el sentimiento con una palabra y huye, y desnuda de artificio, desembarazada dentro de una forma libre, despierta, con una que las toca, las mil ideas que duermen en el océano sin fondo de la fantasía.
            Así pues, el uso de los recursos estilísticos está en función de esos requisitos de libertad y sencillez, lo que no quiere decir que el poeta escriba de forma desordenada o espontánea, sino que en muchos momentos afirma que la creación poética es una lucha con la palabra, lucha que consiste precisamente en realizar un gran esfuerzo para expresarse con gran fuerza emotiva pero con la menor cantidad de artificios retóricos.
 
1- Recursos estructurales

1.1   Los paralelismos. El uso de paralelismos es constante en la poesía de Bécquer. Nos ocupamos, en este apartado, no sólo del paralelismo entre dos versos, sino especialmente de las rimas que tienen en su base la estructura paralelística. En muchas de las rimas es posible establecer dos o más conjuntos simétricos que presentan la misma estructura. Esta simetría es la que ordena y equilibra toda la composición poética, al contrario de lo que ocurría en la primera etapa del Romanticismo, donde el sentimiento desbordaba toda posibilidad de organización.
Podemos encontrar ejemplos de estas simetrías en las Rimas II, III, IV, VIII, IX, XI, XII...
En ocasiones los paralelismos establecen una serie de imágenes metafóricas que se acumulan sin cesar y crean una gran tensión emocional y un ansia por descubrir la causa o la consecuencia de esa enumeración. Buenos ejemplos de esta técnica son las rimas II, III, XV y XXIV.
Cabe destacar, por último, un tipo de estructuras “de movimiento interno” en las que Bécquer parte del mundo exterior y concreto (naturaleza, rasgos físicos de la amada, etc.) y continúa creando tensión  culminando en un mundo interior, abstracto en el que se refiere a los sentimientos, el alma o las ideas. Podemos observar este movimiento hacia lo interno en las rimas III, IV, XIII y XXIV.

 2. Recursos léxicos y semánticos

2.1 El léxico. Ya que la poesía de Bécquer pretende expresar con palabras el ideal, lo inefable (hay que aprenderse este palabro), las ideas más sutiles, es lógico que el poeta se mueva constantemente en campos semánticos de lo abstracto y lo evanescente (bonita palabra, también).
·         Los sustantivos. Si observamos los sustantivos que aparecen en su poesía es frecuente que el poeta nos hable de músicas, suspiros, voces, alientos, temblores o notas que resuenan. También esto explica la frecuencia de sustantivos como nube, niebla, fantasma, rayo, luz, sombra, horizonte, pensamiento, idea…
·         La adjetivación. En la adjetivación de las rimas se muestra claramente la obsesión de expresar exactamente lo que quiere decir con la mayor sencillez posible. Sus adjetivos no son recargados ni llamativos, ni busca con ellos asociaciones sorprendentes. Al contrario, los adjetivos son evidentes y abundan los epítetos que resaltan cualidades intrínsecas del sustantivo al que acompañan: azul horizonte, transparentes lágrimas, verdes hojas, noche sombría, altos olmos, blanca nieve… En todos estos casos el adjetivo está en la realidad misma y, por tanto, solo añade unas connotaciones que nos orientan sobre el estado de ánimo del autor.
Los adjetivos especificativos se manifiestan principalmente a través de sintagmas preposicionales rienda de oro, eco de un suspiro, olas de armonía, etc. y también con abundante presencia de subordinadas adjetivas con valor especificativo:

gigante ola que el viento riza y empuja al mar (Rima II)

 dos jirones de vapor que del lago se levantan (Rima XXIV)

2.2 Las imágenes (símiles y metáforas). Fiel a sus características de sencillez expresiva, lo que caracteriza estos recursos en la poesía de Bécquer es la transparencia, lo fáciles que son de identificar e interpretar, porque casi siempre aparece el verbo que indica comparación (en el caso de  símil) o identificación (en el caso de la metáfora). Esta transparencia no quita calidad a su poesía.
2.3 Las antítesis. La contraposición de palabras o ideas con significados opuestos es otro de los recursos frecuentes en la poesía de Bécquer. Su función es resaltar y subrayar ciertos momentos de gran tensión emotiva

 3. Recursos del plano morfosintáctico.

3.1 Estructuras exclamativas e interrogativas. La intensa emoción presente en su poesía hace que el uso de exclamativas e interrogativas retóricas sea muy abundante. Estas estructuras se utilizan generalmente para exhortar a la amada para acentuar expresiones de dolor y desesperación. En esta línea es muy frecuente que en las rimas el último verso sea exclamativo porque es en el que se acumula la mayor tensión poética.

3.2 Los puntos suspensivos. Consiguen que las ideas queden en el aire, resonando (igual que resuena en el ambiente la música de un arpa). En ocasiones, además, los puntos suspensivos sirven para detener el poema en el momento culminante para resaltar las palabras o emociones que se mencionan a continuación.

3.3 El hipérbaton. Es una figura que el poeta utiliza con gran audacia y de la que extrae una gran emotividad. Uno de los que utiliza con más frecuencia es el que antepone el sintagma preposicional adyacente al sustantivo que lo complementa. Por ejemplo en los siguientes casos:

            Del salón en el ángulo oscuro (rima VII)
            de un billete de banco al dorso escrita (rima XXVI)
            de un corazón llegué al abismo (rima XLVII)

3.4 Las enumeraciones. Series de sustantivos, adjetivos o verbos agrupados en el mismo verso o estrofa que se refieren generalmente al mismo concepto. Casi siempre estas enumeraciones vienen asociadas por el uso innecesario y redundante de conjunciones (polisíndeton). De esta forma se crea un intenso movimiento (si la enumeración es de verbos) y una gran expresividad.

3.5 Las anáforas. Son también muy frecuentes las rimas en las que varios versos empiezan del mismo modo. Estas repeticiones tienen una función rítmica por un lado y enfatizadora por otro. Fijándonos en los términos que se repiten y en sus connotaciones sabremos cuáles son las emociones que se expresan.
4. La métrica

La rima y las leyes métricas, tan importantes para la creación del ritmo en otros autores, apenas tiene relevancia en el caso de Bécquer. Otros recursos rítmicos  como los paralelismos y las repeticiones son los que regulan y equilibran los ritmos poéticos. Sin embargo, debemos hacer algunas consideraciones.

4.1 Las estrofas. Lo más destacado de las formas estróficas de Bécquer es su brevedad, tanto por el número de versos de cada estrofa como por el número de estrofas de que consta cada rima.

4.2 Los metros. En lo que respecta a las medidas silábicas, abunda la polimetría, es decir, la combinación de versos de diferentes medidas hasta el punto de que casi en cada uno de los poemas nos encontramos dos o más clases de versos combinados. Dentro de esta variedad hay dos combinaciones que se repiten con frecuencia:

a)    Series de endecasílabos y heptasílabos alternos:

Es cuestión de palabras y no obstante                                11
Ni tú ni yo jamás,                                                                  6+1
Después de lo que ha pasado convendremos                    11
En quién la culpa está.                                                     6+1

b)    Estrofas de pie quebrado. Son grupos generalmente de cuatro versos en los que los tres primeros son endecasílabos y el cuarto, final de estrofa, es más corto (de siete o cinco sílabas) consiguiendo un efecto similar a si dejara alguna afirmación en suspenso. Ejemplo:

Los suspiros son aire y van al aire.                                        11
Las lágrimas son agua y van al mar.                                 10+1
Dime, mujer: cuando el amor se olvida,                               11
¿Sabes tú adónde va?                                                   6+1

La rima. La que el autor prefiere es irregular y asonante. Imitando la distribución de los viejos romances populares, sólo usa la rima asonante en los versos pares y deja sueltos los impares y un fenómeno que se repite con bastante frecuencia es que los versos pares que riman son agudos, tal como sucede en el ejemplo a), citado algo más arriba.                     

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