EL
HÁBITO DE LA LECTURA
Se admite como un hecho probado el que la
gente, no sólo en España sino en el mundo entero, lee menos cada día que pasa y, cuando lo hace, lo hace
mal y sin demasiado deleite ni aprovechamiento. Es probable que sean varias y muy complejas las causas
de esta situación no buena para nadie y se me antoja demasiado elemental
e ingenuo el echarle la culpa, toda la culpa, a la televisión. Yo creo que esto
no es así porque los aficionados a la televisión, antes, cuando aún no estaba
inventada, tampoco leían sino que mataban el tiempo que les quedaba
libre, que era mucho, jugando a las cartas o al dominó o discutiendo en la
tertulia del café de todo lo humano y gran parte de lo divino. La televisión
incluso puede animar al espectador a que pruebe a leer; bastaría con que se ofreciese algún programa capaz de interesar a
la gente por alguna de las muchas cuestiones que tiene planteado el
pensamiento, en lugar de probar a anestesiarla o a entontecerla. Los
gobiernos, con manifiesta abdicación de sus funciones, agradecen y aplauden
y premian el que la masa se entontezca aplicadamente para así poder
manejarla con mayor facilidad: por eso le merman
y desvirtúan el lenguaje con el mal
ejemplo de los discursos políticos; le fomentan
el gusto por las inútiles y engañadoras manifestaciones y los ripios de los
eslóganes; le aficionan a la música
estridente, a los concursos millonarios y a las loterías; le animan a gastar el dinero y a no
ahorrar; le cantan las excelencias
del Estado benéfico y providencial; le consienten
el uso de la droga asegurándole el amparo en la caída, y le sirven una televisión que le borra
cualquier capacidad de discernimiento. El hábito de la lectura entre los
ciudadanos no es cómodo para el gobernante porque, en cuanto razonan, se
resisten a dejarse convencer.
Camilo José Cela. Diario "ABC";
29 de marzo de 1993.
1.
RESUMEN DEL TEXTO
Puestos a buscar culpables de la falta de interés por la lectura, tan habitual en nuestros días en que la televisión suscita una mayor atención, éstos serían los gobernantes, que se valen precisamente de la televisión para reprimir culturalmente a sus espectadores habituales, a través de una programación que, por su vacuidad, atenta contra la inteligencia; pero no la televisión en sí misma, que, bien empleada, podría fomentar el espíritu lector y convertirse, además, en el mejor aliado de la cultura.
2. ESQUEMA
Ideas fundamentales
- Cada día se lee menos y peor
- La televisión no es la única y máxima responsable en la pérdida de la afición por la lectura.
2.1. Antes de su invención también se leía poco.
2.2. Bien enfocada, la televisión podría fomentar la
lectura y el espíritu crítico.
3.
La clase política es la responsable del bajo nivel cultural de la televisión.
- Tema. Cela defiende la tesis de que los gobernantes, reprimiendo culturalmente a las masas por medio de una televisión carente de cualquier capacidad para instruir, son los verdaderos responsables de que se haya perdido la afición por la lectura y que, en consecuencia, la gente tenga cada vez menos sentido crítico.
- Estructura. El texto se puede dividir en 3 partes:
1ª PARTE:
Desde “Se admite…” hasta “… aprovechamiento” Introducción del tema :
presentación de un problema .
2ª PARTE:
Desde “Es probable…” hasta “… anestesiarla o entontecerla”. Una da las causas
del problema la tiene la televisión. Cela no cree que sea la única, pero admite
su negativa influencia en los ciudadanos al ofrecer una programación vacía de contenido
crítico.
3ª PARTE:
Desde “Los gobiernos…” hasta “…dejarse convencer”. Esta programación favorece
los intereses de la clase política, a
quien no le conviene estimular el espíritu crítico de sus votantes para poder
manipularlos mejor.
[Caracterización de la estructura] Si
interpretamos esta última parte como la conclusión que cierra un discurso
argumentativo estableceremos entonces que la estructura del texto es inductiva.
6. ANÁLISIS DE LOS RECURSOS LITERARIOS
SUBRAYADOS EN EL TEXTO.
- “cuando lo hace, lo hace mal y sin demasiado deleite ni aprovechamiento” anadiplosis (el verbo hacer está sustituyendo al verbo leer, que constituye el referente sobre el que el contenido del texto se basa; su repetición tiene una finalidad, pues, intensificadora.
- “no buena para nadie”, es decir, “mala para todos”, constituye una lítotes, es decir, una forma de afirmar lo que se niega. Como sabemos, la lítotes puede tener una finalidad irónica o atenuadora (ser utilizada como un eufemismo). En el caso que nos ocupa es manifiesta la intención irónica presente en todo el texto y que constituye un rasgo estilístico de la pluma de Cela.
- “mataban el tiempo” es una metáfora propia del registro informal de la lengua y, por lo tanto, es un rasgo estilístico que sirve para acercar el texto al lector. La misma figura y la misma finalidad tiene el verbo “anestesiar” (insensibilizar). Es indudable su alto valor expresivo.
- “agradecen y aplauden y premian” El polisíndeton ayuda aquí a intensificar el significado de cada uno de estos verbos, que van subiendo el diapasón: del agradecimiento se pasa al aplauso, y de éste, al premio.
- “entontezca aplicadamente” ; paradoja (oxímoron) (relaciona dos conceptos incompatibles “nadie se aplica [se esmera] en entontecerse [palabra tabú cargada de fuerte ironía]. Función expresiva.
- “concursos millonarios”, personificación y metonimia (quienes pueden llegar a ser millonarias son las personas que participan en ellos).
7. EL LÉXICO Y SU VALOR CONNOTATIVO. Señala expresiones, verbos…, adjetivos valorativos.
El
contenido crítico del texto se ve realzado por el empleo de un léxico contundente y tajante. Ejemplos:
1. La televisión anestesia o entontece a la gente; es decir, la insensibiliza o la vuelve tonta.
1. La televisión anestesia o entontece a la gente; es decir, la insensibiliza o la vuelve tonta.
2.
Los
gobiernos, "con manifiesta
abdicación de sus funciones", permiten que “ la masa se entontezca
aplicadamente" por
medio de la televisión, "para así
poder manejarla con mayor facilidad"; es decir, que renunciando
abiertamente y con claridad a las actuaciones que les son propias, los
gobiernos consienten que la televisión se esmere en anular la capacidad de
raciocinio de la gente, porque así la pueden manejar, sin gran esfuerzo, al
servicio de sus propios intereses.
3.
Y ¿qué
ofrece la televisión? Discursos políticos que "merman y desvirtúan el lenguaje" (mermar: menoscabar;
desvirtuar: anular) -clara alusión a los eufemismos a los que suelen
recurrir los políticos para encubrir sus fracasos en el ejercicio del poder-;
anuncios publicitarios inútiles y
engañadores, cuyos eslóganes son puros ripios
-si inútiles son para Cela los anuncios televisivos, y, además, poco
veraces, no lo son menos las insustanciales palabras que componen sus eslóganes;
música estridente -que por su
excesivo o violento sonido resulta molesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario