miércoles, 20 de marzo de 2013

COMENTARIO DE RÉQUIEM POR UN CAMPESINO ESPAÑOL (II)



Desde la sacristía, mosén Millán recordaba la horrible confusión de aquellos días, y se sentía atribulado y confuso. Disparos por la noche, sangre, malas pasiones, habladurías, procacidades de aquella gente forastera, que, sin embargo, parecía educada. Y don Valeriano se lamentaba de lo que sucedía y al mismo tiempo empujaba a los señoritos de la ciudad a matar más gente. Pensaba el cura en Paco. Su padre estaba en aquellos días en casa. Cástulo Pérez lo había garantizado diciendo que era trigo limpio. Los otros ricos no se atrevían a hacer nada contra él esperando echarle mano al hijo.
        Nadie más que el padre de Paco sabía dónde su hijo estaba. Mosén Millán fue a su casa.
       -Lo que está sucediendo en el pueblo -dijo- es horrible y no tiene nombre.
       El padre de Paco lo escuchaba sin responder, un poco pálido. El cura siguió hablando. Vio ir y venir a la joven esposa como una sombra, sin reír ni llorar. Nadie lloraba y nadie reía en el pueblo. Mosén Millán pensaba que sin risa y sin llanto la vida podía ser horrible como una pesadilla.
Por uno de esos movimientos en los que la amistad tiene a veces necesidad de mostrarse meritoria, mosén Millán dio la impresión de que sabía dónde estaba escondido Paco. Dando a entender que lo sabía, el padre y la esposa tenían que agradecerle su silencio. No dijo el cura concretamente que lo supiera, pero lo dejó entender. La ironía de la vida quiso que el padre de Paco cayera en aquella trampa. Miró al cura pensando precisamente lo que mosén Millán quería que pensara: «Si lo sabe, y no ha ido con el soplo, es un hombre honrado y enterizo». Esta reflexión le hizo sentirse mejor.

Réquiem por un campesino español. R. J. Sender
1.    Resumen del texto
Mosén Millán recuerda las matanzas indiscriminadas que unos forasteros aparentemente educados llevaron a término en el pueblo, los cuales obligaron a que Paco tuviera que esconderse para salvar su vida. Los ricos del pueblo, enemigos de Paco, lo buscaban desesperadamente y Mosén Millán fue a casa del padre de Paco para  descubrir su paradero. En un momento de la conversación, el sacerdote dio a entender que sabía dónde se encontraba Paco, y el padre, confiando en la integridad del sacerdote, reveló el lugar donde se encontraba su hijo.
2.    Comentario crítico
El tema es la traición de mosén Millán al descubrir arteramente el escondite de Paco  y su sentimiento de angustia  y confusión por los asesinatos en el pueblo.
Se relaciona con uno de los temas de la obra: Los asesinatos y los horrores de la guerra civil española y el papel de la Iglesia de aceptación del orden social establecido, su inercia ante urgentes problemas.
En cuanto a la organización interna del contenido, el texto se puede dividir en dos partes:
La primera parte (líneas 1-7): describe el ambiente de represión y miedo que se vive en el pueblo y que obliga a esconderse a Paco para proteger su vida. Esta primera parte está descrita desde el punto de vista del sacerdote, como un flash back, puesto que se evocan sus recuerdos.
La segunda parte (líneas 8-20): narra la visita que realiza el cura a casa del padre de Paco, la percepción de tristeza que experimenta al observar a los familiares de Paco y cómo sonsaca el escondite del joven. Esta segunda parte está narrada desde el punto de vista de un narrador omnisciente, puesto que conoce los pensamientos de los personajes (líneas 18-19).
 Por lo que respecta a la actitud del autor existe una clara crítica al papel que desempeña Mosén Millán como ser humano, en su acto de deslealtad hacia Paco, y como representante de la Iglesia, que se asocia con los sectores privilegiados de la sociedad. El tono general del texto, en correspondencia con el ambiente que se retrata, revela una actitud inconformista y sombría, sin lugar para la esperanza. La intencionalidad, por tanto, es denunciar el papel de la Iglesia y hacer reflexionar a los lectores sobre las circunstancias que condujeron a la guerra civil. Como novela social que es, en Réquiem… se plantean situaciones de miseria –moral, física y económica- que el autor intenta delatar para que no se enquisten por más tiempo. Por otro lado, atendiendo al plano de la expresión, se observa la preocupación formal propia del texto literario. Son rasgos de estilo senderianos la sobria sencillez y concisión de su prosa o la capacidad de sugerir sensaciones profundas con escasas pinceladas (líneas 6-7; 10-14). Podemos hablar, en consecuencia, de una intención estética por parte de su autor asociada a la función poética del lenguaje.
La tipología del texto viene determinada, en primer lugar, por el género literario a que pertenece: estamos ante el fragmento de una novela, así que el texto se ajusta a las características propias de este género. En segundo lugar, las formas del discurso dominantes son la descripción y la narración que se entremezclan en este fragmento.  Los recuerdos de mosén Millán del comienzo de la guerra se presentan retrospectivamente desde la mirada del sacerdote de forma descriptiva.  El relato de la visita a la casa del padre de Paco está contado por un narrador omnisciente que expresa lo que piensan los personajes (línea 14; líneas 18-19). Finalmente, en la narración se introduce la voz de mosén Millán por medio del discurso dialogado. Los diálogos adoptan en esta novela una forma característica, como se ve en el texto: son diálogos en estilo directo, en los que se ponen en boca de los personajes intervenciones muy breves de naturaleza sentenciosa.

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