lunes, 4 de febrero de 2013

RESURRECCIÓN




Resurrección


   Cuando yo era pequeño, durante la Semana Santa no se podía cantar, y solo hablábamos para trasmitirnos cuestiones de orden práctico. Los niños nos pasábamos el día buscando el modo de burlar la prohibición oral; recuerdo que durante la comida pedíamos mil veces que nos acercaran la jarra del agua o el salero. Además, lo pedíamos por favor, lo que en nosotros era inusual, para alargar las frases y prolongar el placer de escuchar nuestra voz en medio de aquellos silencios sepulcrales. La Semana Santa se convertía así en un ejercicio de retórica permanente. De súbito alguien decía: “Voy a hacer la cama” o “me marcho a comprar el pan”. En realidad nadie pretendía hacer la cama ni comprar el pan, lo que queríamos era hablar, pero solo se podía hablar de cosas prácticas. La cosa práctica era la bula que permitía utilizar la lengua, del mismo modo que el donativo de la iglesia te liberaba de la prohibición de comer carne.
   Crecimos de ese modo. Toda la generación que hoy ocupa el poder creció buscando excusas para poder hablar, porque la Semana Santa metaforizaba el silencio de las otras semanas del año, en las que tampoco se podía hablar de muchas cosas. También recuerdo que el domingo de Resurrección, en Valencia al menos, nos vengábamos del silencio anterior a gritos. Las primeras horas de la mañana de ese día constituían una cacerolada impresionante: nos armábamos de sartenes, de pucheros, de cucharas, de todo aquello, en fin, capaz de producir ruido y recorríamos las habitaciones y el pasillo golpeando las paredes y gritando como locos. No articulábamos ideas, solo sonidos. O sea, que crecimos entre el gusto por la retórica y el placer del grito.
   A veces me pregunto si no continuamos apresados entre esos dos registros, porque mentimos bien y gritamos mejor, pero tenemos dificultades para articular ideas. La Resurrección, para mí al menos, consistiría en eso, en abandonar la retórica y el grito para instalarnos en la reflexión. Este domingo lo intentaré, lo juro.
Juan José Millás. El País
 










1.    a) Esquema.


SEMANA SANTA

                                                                       Época de
                                                                                                                      Igual que el resto


                        Silencio                                                        Retórica
                        (prohibición                                                 (hablar de
                        de hablar)                                                     cosas prácticas)


                                                                       Finalizan
                                                                       el domingo
                                                                             de
                                                                   RESURRECCIÓN
                                                                                                                      REFLEXIÓN
                       
                                                                       Ruido

                                                           gritos             cacerolada


A la izquierda: Nivel real.
A la derecha: Nivel metafórico.





b)    Resumen
A la generación que hoy ocupa el poder, durante la Semana Santa de su infancia se le imponía un silencio sepulcral en el ámbito doméstico, solo roto para hablar de cosas prácticas. El día de Resurrección se levantaba la prohibición y los jóvenes lo celebraban con gritos y caceroladas.
La Semana Santa era un a metáfora del resto del año, en que no se podía hablar libremente.
Parece que poco han cambiado las cosas porque se sigue gritando y mintiendo y hay poca reflexión en el ámbito de la vida pública, metáfora personal de Resurrección para el autor.

2. Comentario crítico.
         Tema
Crítica irónica de la falta de reflexión de los políticos actuales, mediante la Semana Santa en la dictadura franquista.

         Estructura
Está estructurado en tres párrafos, en el primero expone en 1ª persona lo que ocurría durante la Semana Santa de su niñez: imposición del silencio. En el segundo afirma que todos los que ocupan hoy el poder la vivieron igual que él, y que esa época del año era una metáfora del resto de las semanas en las que había impuesto un silencio tácito. El silencio se rompía el día de Resurrección. En el tercer párrafo defiende su tesis, ya anunciada con anterioridad (Semana Santa = Otras semanas); Resurrección = Reflexión. Mantiene que en la actualidad se sigue hablando sin pensar y defiende la necesidad de la Reflexión.

        
Tipo de texto
Es un texto periodístico, de opinión, concretamente una columna. Es argumentativo porque defiende una tesis, y su estructura es inductiva, para de un caso particular para hacer una reflexión final, general.

         Actitud e intencionalidad del autor.
Su actitud es reflexiva ya que analiza con detenimiento las vivencias de su niñez durante las Semanas Santas de la dictadura, para compararlas con la vida pública en la actualidad; también es crítica porque, aunque utiliza la 1ª persona del plural para defender su tesis, no está de acuerdo con el estado actual de la vida política, de la que opina que hay demasiada confrontación (ruido) y poca reflexión. La ironía, recurso muy utilizado por este autor, es utilizada de forma muy sutil en la última frase: Este domingo lo intentaré, lo juro. Es una nueva metáfora de lo que cree deberían hacer los políticos. “Lo juro” era una frase típica de la época de la dictadura.
La intencionalidad es la de hacer reflexionar al lector sobre la actitud que el propio lector tenga ante el  tema tratado. Para ello se sirve de la 1ª persona del singular y del plural, técnica de acercamiento mediante la cual la función apelativa del lenguaje se presenta matizada porque hace partícipe al lector de lo que escribe; también la de hacer reflexionar sobre la actitud de los políticos en la actualidad. La función representativa está presente en el texto porque expone-narra realidades que, algunos conocen, y otros pueden llegar a conocer; por también tiene un cariz informativo. Por tanto, informar y persuadir son las intenciones fundamentales. Está presente también la función metalingüística en el tema: el mal uso del grito y la retórica en el lenguaje.
Como buen escritor que es, se ocupa del mensaje en sí mismo, esto lo manifiesta en la utilización de metáforas: Semana Santa = silencio; ruido, Resurrección = reflexión, con lo que también está presente la función poética del lenguaje.

7. Análisis sintáctico de:
a) Recuerdo que durante la comida pedíamos mil veces que nos acercaran la jarra del agua o el salero.
Oración compuesta formada por tres proposiciones. La principal Recuerdo, de la que depende una subordinada sustantiva de C.D. (que durante la comida pedíamos mil veces que nos acercaran la jarra del agua o el salero.); dentro de esta segunda proposición hay otra subordinada sustantiva de C.D. que depende del verbo pedíamos, que funciona como principal de que nos acercaran la jarra del agua o el salero. Las dos proposiciones subordinadas sustantivas de C.D. están introducidas por el nexo que.

b) De súbito alguien decía: “Voy a hacer la cama” o “me marcho a comprar el pan”

3. Mecanismos de cohesión textual.
§  Recurrencias léxicas:
Semana Santa (líneas 1, 6, 12 y en la 14 una recurrencia léxica mentonímica (Resurrección) toma una parte por el todo. Es el tema del texto, la Semana Santa, de la que se sirve para defender la tesis ya comentada.
Hablar: lín. 1, 8, 9, 12
Grito: lín. 14, 17, 19, 22
Retórica: lín. 6, 18, 22
Silencio: lín. 12, 14
Resurrección: título, lín. 21 y 23
Cosa práctica: lin. 9
Prohibición: lín. 3 y 10
Hacer la cama: lín. 7 y 8
Comprar el pan: lín. 7 y 8
Articular ideas: lín. 18, 21
Domingo: lín. 13 y 23
Todas estas palabras se refieren a lo que se hacía en la Semana Santa: hablar de cosas prácticas = retórica, prohibición de hablar = silencio; y era esta última palabra la que presidía sus vidas.

§  Recurrencias semánticas:
Abundan tanto las sinonímicas como las antonímicas.
Pequeño-niño: lín. 1 y 2 (sinónimos) que sitúan en la época de la infancia lo expuesto-narrado en el texto.
Prohibición oral: lín. 3 – silencios sepulcrales (lín. 6), sinónimos entre sí y de silencio (12, 14)
Ejercicio de retórica (6) sinónimo de hablar (1, 8, 9, 12), mentir bien (21)
No articulábamos ideas, solo sonidos (lín. 18 y 21) sinónimo de grito (14, 17, 19 y 22) y de cacerolada impresionante (15) y ruido (17)
Dos registros: recurrencia sinonímica para resumir las anteriores, la retórica y el grito, que era lo que se instalaba durante la prohibición de hablar, el primero, y lo que se hacía cuando se levantaba la prohibición.
La antonimia aparece constantemente, precisamente entre los vocablos antónimos: silencio / ruido o retórica y los sinónimos de cada vocablo, ya citados. Pero el antónimo del ruido y el grito, que representa la tesis defendida por el autor es: Reflexión, sinónimo contextual aquí de Resurrección (lín. 21, 23, y el título.)
Dos paráfrasis: que explican el tema y la tesis principales: Lín 15, cacerolada impresionante, explica en tres líneas en que consiste; y en lín. 21 / 22 explica qué es para él la Resurrección: abandonar la retórica y el grito para instalarnos en la reflexión.
Campos semánticos. Dos grandes campos semánticos estructuran el  texto, que se corresponden con dos hiperónimos:
Iglesia: línea 10, y Lengua: línea 9, estrechamente relacionados entre sí.
También hay subtemas relacionados con los utensilios domésticos.
Los hipónimos de iglesia: Semana Santa, domingo de resurrección, prohibición oral, bula, prohibición de comer carne, domingo, lo juro.
Palabras relacionadas con lengua mediante sinónimos y antónimos: hablar de cosas prácticas, ejercicio de retórica, grito, ruido, silencio, articular sonidos, cantar, pedir, escuchar, etc.

§  Recurrencias sintácticas
Oraciones muy elaboradas, si bien hay un predominio de las frases cortas.


§  Sustituciones
Catafóricas, se refieren a elementos que aparecen después: Nos (2 y 3); lo que (8); eso (22)
Anafóricas, se refieren al tema y la tesis anunciadas en las líneas anteriores del mismo párrafo: lo, lo (23)

§  Marcadores textuales
El complemento oracional No (1, 20)
Nexos supraoracionales:
            De adición: además (4); también (13)
            De explicación: o sea (18)
            En realidad (7)
           

Como vemos, todos los elementos que dan cohesión al texto están estrechamente relacionados con el tema: La crítica de lo que ocurría en la Semana Santa de la infancia del autor, y contribuyen a dar coherencia global y local al texto.




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