Resurrección
Cuando yo era pequeño, durante la Semana
Santa no se podía cantar, y solo hablábamos para trasmitirnos cuestiones de
orden práctico. Los niños nos pasábamos el día buscando el modo de burlar la
prohibición oral; recuerdo que durante la comida pedíamos mil veces que nos
acercaran la jarra del agua o el salero. Además, lo pedíamos por favor, lo que
en nosotros era inusual, para alargar las frases y prolongar el placer de
escuchar nuestra voz en medio de aquellos silencios sepulcrales. La Semana
Santa se convertía así en un ejercicio de retórica permanente. De súbito
alguien decía: “Voy a hacer la cama” o “me marcho a comprar el pan”. En
realidad nadie pretendía hacer la cama ni comprar el pan, lo que queríamos era
hablar, pero solo se podía hablar de cosas prácticas. La cosa práctica era la
bula que permitía utilizar la lengua, del mismo modo que el donativo de la
iglesia te liberaba de la prohibición de comer carne.
Crecimos de ese modo. Toda la generación que
hoy ocupa el poder creció buscando excusas para poder hablar, porque la Semana
Santa metaforizaba el silencio de las otras semanas del año, en las que tampoco
se podía hablar de muchas cosas. También recuerdo que el domingo de
Resurrección, en Valencia al menos, nos vengábamos del silencio anterior a
gritos. Las primeras horas de la mañana de ese día constituían una cacerolada
impresionante: nos armábamos de sartenes, de pucheros, de cucharas, de todo
aquello, en fin, capaz de producir ruido y recorríamos las habitaciones y el
pasillo golpeando las paredes y gritando como locos. No articulábamos ideas,
solo sonidos. O sea, que crecimos entre el gusto por la retórica y el placer
del grito.
A veces me pregunto si no continuamos
apresados entre esos dos registros, porque mentimos bien y gritamos mejor, pero
tenemos dificultades para articular ideas. La Resurrección, para mí al menos,
consistiría en eso, en abandonar la retórica y el grito para instalarnos en la
reflexión. Este domingo lo intentaré, lo juro.
Juan José Millás. El País
1. a) Esquema.
SEMANA
SANTA
Época
de
Igual
que el resto
Silencio Retórica
(prohibición (hablar
de
de hablar) cosas
prácticas)
Finalizan
el
domingo
de
RESURRECCIÓN
REFLEXIÓN
Ruido
gritos cacerolada
A la
izquierda: Nivel real.
A la
derecha: Nivel metafórico.
b) Resumen
A
la generación que hoy ocupa el poder, durante la Semana Santa de su infancia se
le imponía un silencio sepulcral en el ámbito doméstico, solo roto para hablar
de cosas prácticas. El día de Resurrección se levantaba la prohibición y los
jóvenes lo celebraban con gritos y caceroladas.
La Semana Santa era un a metáfora
del resto del año, en que no se podía hablar libremente.
Parece
que poco han cambiado las cosas porque se sigue gritando y mintiendo y hay poca
reflexión en el ámbito de la vida pública, metáfora personal de Resurrección
para el autor.
2. Comentario crítico.
Tema
Crítica
irónica de la falta de reflexión de los políticos actuales, mediante la Semana Santa en la dictadura
franquista.
Estructura
Está
estructurado en tres párrafos, en el primero expone en 1ª persona lo que
ocurría durante la Semana Santa
de su niñez: imposición del silencio. En el segundo afirma que todos los que
ocupan hoy el poder la vivieron igual que él, y que esa época del año era una
metáfora del resto de las semanas en las que había impuesto un silencio tácito.
El silencio se rompía el día de Resurrección. En el tercer párrafo defiende su
tesis, ya anunciada con anterioridad (Semana Santa = Otras semanas);
Resurrección = Reflexión. Mantiene que en la actualidad se sigue hablando sin
pensar y defiende la necesidad de la Reflexión.
Tipo de texto
Es
un texto periodístico, de opinión, concretamente una columna. Es argumentativo
porque defiende una tesis, y su estructura es inductiva, para de un caso
particular para hacer una reflexión final, general.
Actitud
e intencionalidad del autor.
Su
actitud es reflexiva ya que analiza con detenimiento las vivencias de su niñez
durante las Semanas Santas de la dictadura, para compararlas con la vida
pública en la actualidad; también es crítica porque, aunque utiliza la 1ª
persona del plural para defender su tesis, no está de acuerdo con el estado
actual de la vida política, de la que opina que hay demasiada confrontación
(ruido) y poca reflexión. La ironía, recurso muy utilizado por este autor, es
utilizada de forma muy sutil en la última frase: Este domingo lo intentaré, lo juro. Es una nueva metáfora de lo que
cree deberían hacer los políticos. “Lo juro” era una frase típica de la época
de la dictadura.
La
intencionalidad es la de hacer reflexionar al lector sobre la actitud que el
propio lector tenga ante el tema
tratado. Para ello se sirve de la 1ª persona del singular y del plural, técnica
de acercamiento mediante la cual la función
apelativa del lenguaje se presenta matizada porque hace partícipe al lector
de lo que escribe; también la de hacer reflexionar sobre la actitud de los políticos
en la actualidad. La función
representativa está presente en el texto porque expone-narra realidades
que, algunos conocen, y otros pueden llegar a conocer; por también tiene un
cariz informativo. Por tanto, informar y
persuadir son las intenciones fundamentales. Está presente también la función metalingüística en el tema: el
mal uso del grito y la retórica en el lenguaje.
Como
buen escritor que es, se ocupa del mensaje en sí mismo, esto lo manifiesta en
la utilización de metáforas: Semana Santa = silencio; ruido, Resurrección =
reflexión, con lo que también está presente la función poética del lenguaje.
7. Análisis sintáctico de:
a) Recuerdo que durante la comida
pedíamos mil veces que nos acercaran la jarra del agua o el salero.
Oración
compuesta formada por tres proposiciones. La principal Recuerdo, de la que depende una subordinada sustantiva de C.D. (que durante la comida pedíamos mil veces que
nos acercaran la jarra del agua o el salero.); dentro de esta segunda
proposición hay otra subordinada sustantiva de C.D. que depende del verbo pedíamos, que funciona como principal de
que nos acercaran la jarra del agua o el
salero. Las dos proposiciones subordinadas sustantivas de C.D. están
introducidas por el nexo que.
b) De súbito alguien decía: “Voy a
hacer la cama” o “me marcho a comprar el pan”
3. Mecanismos de cohesión textual.
§ Recurrencias léxicas:
Semana Santa (líneas 1, 6, 12 y en la 14 una recurrencia
léxica mentonímica (Resurrección) toma
una parte por el todo. Es el tema del texto, la Semana Santa, de la que se
sirve para defender la tesis ya comentada.
Hablar: lín. 1, 8, 9, 12
Grito: lín. 14, 17, 19, 22
Retórica: lín. 6, 18, 22
Silencio: lín. 12, 14
Resurrección: título, lín. 21 y 23
Cosa práctica: lin. 9
Prohibición: lín. 3 y 10
Hacer la cama: lín. 7 y 8
Comprar el pan: lín. 7 y 8
Articular ideas: lín. 18, 21
Domingo: lín. 13 y 23
Todas estas palabras
se refieren a lo que se hacía en la Semana
Santa: hablar de cosas prácticas = retórica, prohibición de
hablar = silencio; y era esta última palabra la que presidía sus vidas.
§ Recurrencias
semánticas:
Abundan tanto las sinonímicas como las
antonímicas.
Pequeño-niño:
lín.
1 y 2 (sinónimos) que sitúan en la época de la infancia lo expuesto-narrado en
el texto.
Prohibición
oral: lín.
3 – silencios sepulcrales (lín. 6),
sinónimos entre sí y de silencio (12,
14)
Ejercicio
de retórica (6)
sinónimo de hablar (1, 8, 9, 12), mentir bien (21)
No
articulábamos ideas, solo sonidos (lín. 18 y 21) sinónimo de grito (14, 17, 19 y 22) y de cacerolada impresionante (15) y ruido (17)
Dos
registros:
recurrencia sinonímica para resumir las anteriores, la retórica y el grito, que
era lo que se instalaba durante la prohibición de hablar, el primero, y lo que
se hacía cuando se levantaba la prohibición.
La antonimia aparece constantemente,
precisamente entre los vocablos antónimos: silencio
/ ruido o retórica y los sinónimos de cada vocablo, ya citados. Pero el
antónimo del ruido y el grito, que
representa la tesis defendida por el autor es: Reflexión, sinónimo contextual aquí de Resurrección (lín. 21, 23, y el título.)
Dos
paráfrasis: que
explican el tema y la tesis principales: Lín 15, cacerolada impresionante, explica en tres líneas en que consiste; y
en lín. 21 / 22 explica qué es para él la Resurrección:
abandonar la retórica y el grito para
instalarnos en la reflexión.
Campos
semánticos.
Dos grandes campos semánticos estructuran el
texto, que se corresponden con dos hiperónimos:
Iglesia: línea 10, y Lengua: línea 9,
estrechamente relacionados entre sí.
También hay subtemas relacionados con los utensilios
domésticos.
Los hipónimos de iglesia: Semana Santa, domingo de resurrección,
prohibición oral, bula, prohibición de comer carne, domingo, lo juro.
Palabras relacionadas con lengua
mediante sinónimos y antónimos: hablar de
cosas prácticas, ejercicio de retórica, grito, ruido, silencio, articular
sonidos, cantar, pedir, escuchar, etc.
§ Recurrencias
sintácticas
Oraciones muy elaboradas, si bien hay un
predominio de las frases cortas.
§ Sustituciones
Catafóricas, se refieren a elementos que
aparecen después: Nos (2 y 3); lo que (8); eso (22)
Anafóricas, se refieren al tema y la tesis
anunciadas en las líneas anteriores del mismo párrafo: lo, lo (23)
§ Marcadores textuales
El complemento oracional No (1, 20)
Nexos supraoracionales:
De
adición: además (4); también (13)
De
explicación: o sea (18)
En realidad (7)
Como vemos, todos los elementos que dan
cohesión al texto están estrechamente relacionados con el tema: La crítica de
lo que ocurría en la Semana Santa
de la infancia del autor, y contribuyen a dar coherencia global y local al
texto.
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