POR AMOR
Un
teniente de la Infantería
de Marina llamó una noche a una soldado que estaba a sus órdenes y le ordenó
desnudarse delante de él para hacerle la “prueba del frío”, sin la cual, dijo,
no obtendría nunca “la boina”, que debe de ser algo así como el título. La
chica, aterrorizada, se humilló ante su superior, de nombre Iván Mariano Moreno
(tomen nota, por si se tropiezan con él en un callejón), y regresó llorando al
cuerpo de guardia. El teniente fue condenado a cinco meses de prisión, que
recurrió por parecerle demasiado. El Supremo ha ratificado la condena y santas
pascuas, o sea, que el individuo no ha sido expulsado a patadas de la Marina, ni la soldado, que
lleva un año de baja por depresión, ha sido indemnizada. No es raro que haya
que cerrar todos los días alguna instalación militar por falta de aspirantes.
Lo
mejor de todo es que el abogado del teniente humillador alegó que el desnudo
femenino está a la orden del día en el cine y en las revistas y en la
televisión, por lo que en cierto modo se trataba de una orden razonable. A este
otro individuo tampoco le han quitado aún, que nosotros sepamos, el carné de
abogado. Es probable que mientras yo escribo este artículo, o mientras usted lo
lee, continúe rompiendo el equilibrio ecológico con sus razonamientos. Es todo
muy tranquilizador. De hecho, y dado que el teniente psicópata pidió disculpas
a la soldado, no nos extrañaría que se dijera de él que su conducta fue
impecable. ¿Les suena la frase?
Curiosamente,
en la página de al lado del periódico en el que leí esta noticia de psicoterror
aparece otra según la cual los obispos de Estados Unidos están intentando
suavizar las condenas contra los curas pederastas (suponemos que en la misma
línea del abogado defensor del teniente: porque la pederastia está a la orden
del día). Y un poco más abajo, en la misma página, aparece el siguiente
titular: “Un hombre arroja a su mujer por la ventana”. Imaginamos que si la
arrojó por amor, como el del hacha, será absuelto. Esto es lo que se le olvidó
al defensor del teniente psicópata: decir que había desnudado a la soldado por
amor. Por amor a la patria, se entiende. Dios nos asista.
Juan José Millás. El País
1.-
TEMA
- Crítica irónica a los abusos a mujeres y niños por parte de hombres desalmados.
- Crítica de manera sarcástica a las vejaciones / humillaciones a que son sometidas las personas más débiles.
- Crítica mordaz a la impunidad social ante las vejaciones que sufren los seres más débiles: algunas mujeres y los niños.
- Crítica mordaz a la impunidad social generalizada ante la violencia machista y depravada.
2.-
RESUMEN
En un periódico aparecen tres noticias
acerca de abusos a mujeres y niños. La primera la protagoniza un teniente de la Marina, a quien obligar a
desnudarse a una soldado sólo le acarrea una prisión de cinco meses, mientras
que ella entra en una depresión. El abogado del humillador argumentó en su
defensa que el desnudo femenino “está a la orden del día”.
La segunda noticia
proviene de EEUU, donde los obispos pretenden suavizar las condenas contra los
curas pederastas. Y la última aparece con el titular: “Un hombre arroja a su
mujer por la ventana”. Es obligada la pregunta: ¿Por amor? O ¿la maté porque
era mía?
3.-
ESTRUCTURA
Está
estructurado en tres párrafos, siendo el tercero el que condensa el tema.
Primer
párrafo.
Se aproxima al tema de los abusos a mujeres con un ejemplo de una noticia
periodística: una soldado es obligada a desnudarse por un teniente de la
marina, y el hecho no tiene graves consecuencias para él. Utiliza una suave
ironía en su exposición.
Segundo
párrafo.
Comentario en tono irónico de las consecuencias del suceso: cinco meses de
prisión para el hombre, una depresión para la mujer. El abogado arguye en su
defensa lo habitual del desnudo femenino en los medios de comunicación.
Tercer
párrafo. Aborda frontalmente
el tema de la violencia machista y el de la pederastia. Aquí la ironía ya es
mordaz. Y es donde defiende su tesis: Que la hipocresía social ha utilizado “el
amor” como argumento para justificar el abuso a los más débiles.
3.- ACTITUD
e INTENCIONALIDAD DEL AUTOR
Millás muestra una
actitud crítica como es habitual en sus textos, aunque en este texto, dadas las
peculiaridades del tema que trata, su actitud es más dura, es irónica y
sarcástica. Es la más apropiada para denunciar los abusos en los que se centra,
y para despertar conciencias dormidas, intencionalidad latente en el texto.
Utiliza
una ironía mordaz, casi sarcástica para denunciar la impasividad social ante
las constantes manifestaciones de violencia
machista. Donde dice: “Lo mejor de
todo” (línea 8) y “Es todo muy
tranquilizador” (línea 11) quiere decir justamente lo contrario. Cuando
inicia el tercer párrafo con el adverbio “Curiosamente”
quiere decir “como siempre”.
La
ironía es un recurso literario que permite el distanciamiento del objeto
comentado y con ello se logra mayor efectividad comunicativa; está presente por
tanto la función poética o literaria. Este recurso alcanza su punto álgido en
las tres últimas líneas cuando afirma que “Por
amor” –título del artículo- se comenten las atrocidades señaladas con
algunos de los seres más débiles.
La
función representativa está presente en el texto porque expone unos hechos y
también la apelativa porque trata de influir en la sensibilidad del lector y
obligarlo a que reflexione sobre lo que sucede. Y lo hace de dos formas, la
ironía ya comentada, y la otra es la estructura argumentativa empleada: La inductiva. Inicia el texto con un
ejemplo grave, pero menos que el tema que pretende denunciar, para poco a poco
ir llevando al lector hacia lo que a él le interesa denunciar: la pederastia y
la violencia machista, ambos temas condensados en el último párrafo con las
palabras esenciales y con el titular del periódico: “Un hombre arroja a su mujer por la ventana”.
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